18 febrero 2012

VITRUVIO_LOS 10 LIBROS DE LA ARQUITECTURA 8 : Interiores de las casas - Arq. Tania Arévalo Lazo

“De Architectura constituye la suma de la arquitectura y la urbanística grecorromanas”
Continuamos con este recorrido analítico de la extraordinaria obra del gran mentor Vitruvio Polion, un arquitecto e ingeniero romano, quien plasmó en un tratado denominado Los diez libros de la Arquitectura, los conocimientos y principios básicos que han regido por años en todas las teorías y prácticas de la Arquitectura. Esta ciencia que forma parte de nuestras vidas y es el inicio de las civilizaciones. Ahora veremos el Libro VII, en el cual el gran maestro Vitruvio  nos ilustra sobre los interiores de las casas. De alguna u otra manera nuestro hogar, las viviendas son nuestra principal protección y a través de los años las características funcionales, espaciales y formales se han mantenido, porque apuntan a un solo objetivo, cobijar a la familia con sus necesidades básicas. Veamos a continuación como era la visual que tenía el gran Vitruvio.

LIBRO VII.
Interiores de las casas. Pavimentos, enlucidos, pintura; preparación del mármol para enlucidos; colores naturales y artificiales (rojo, azul, ocre, blanco de albayalde, púrpura).
i.Del enlucido y de los pavimentos
ii.De la maceración de la cal para los enlucidos
iii.De la disposición de las bóvedas y de la mampostería y del enlucido
iv.De los enlucidos en lugares húmedos
v.De la manera de pintar las habitaciones
vi.Del mármol y cómo se le ha de preparar para los enlucidos
vii.De los colores naturales
viii.Del minio y del azogue
ix.De los colores artificiales, y en primer lugar del negro de humo
x.Del azul y del amarillo
xi.De la púrpura
xii.De los colores artificiales que imitan la púrpura, el ocre, la crisocola y el índigo
 
LIBRO VII

i.Del enlucido y de los pavimentos


El «pavimento de cascotes», que es el paso previo para el enlucido, con el fin de que se haga con sumo cuidado y previsión y lograr así una sólida base. Si se ha de echar sobre el suelo, debe averiguarse previamente si el suelo es completamente sólido; posteriormente se nivelará y se extenderá una capa de cascotes y gravilla.



Los pavimentos que vayan a quedar al aire libre deben adaptarse a tal finalidad, pues al hincharse por la humedad los entramados, o al disminuir su volumen debido a la sequedad, o bien al combarse, sufren variaciones que ocasionan serios problemas en los pavimentos; además, las escarchas y los hielos reducen su dura­bilidad. 

Cuando se haya echado una primera capa de cascotes en seco, cúbrase con otra capa de ripios, que, bien apisonados, deben tener un grosor no menor de un pie; colocada esta capa, como antes se ha descrito, se extenderá el pavimento con pequeñas piedras de mosaico de dos dedos de espesor aproximadamente y con un desnivel de dos dedos por cada diez pies; si se prepara todo correctamente y queda todo perfectamente alisado, el pavimento resultará impecable. Para que el mortero que va entre las junturas no sufra daños provocados por las heladas, se cubrirá cada año con heces de aceite, antes del invierno, y así se evitará que penetren las escarchas.

ii.De la maceración de la cal para los enlucidos

 
Terminado el tema de los pavimentos, pasemos ahora a explicar lo referente a los enlucidos. Se logrará un buen enlucido si se maceran las mejores piedras de cal mucho tiempo antes de que se utilicen, con el fin de que, si hubiera algunas piedras que no están suficientemente cocidas en el horno, queden bien cocidas tras permanecer largo tiempo en maceración, sin interrupción.

iii.De la disposición de las bóvedas y de la mampostería y del enlucido

 
Cuando las circunstancias exijan formar techos abovedados, procédase del siguiente modo:
Se debe colocar unos listones —o pequeñas vigas— rectos que guarden entre sí una distancia no mayor de dos pies.



Fijados los listones, se sujetarán entre si mediante una textura de cañas griegas aplastadas, que se atarán con cuerdas de esparto hispano, según lo exija la curvatura de la bóveda.
Por la parte superior de este armazón de cañas que forma la bóveda, se extenderá una capa de mortero, de cal y de arena, con el fin de que no pasen al enlucido las posibles gotas que cayeran de los entramados o del techo.
Cuando ya estén colocados y entretejidos los techos abovedados, se dará una capa de yeso con la llana por toda su parte inferior, luego se igualará alisándola con arena y, por fin, se enlucirá con greda o con mármol.
Una vez enlucida la bóveda, deben colocarse debajo unas cornisas muy finas y sencillas, pues parece que así son más idóneas; si las cornisas fueran de grandes proporciones, caerán por su propio peso, ya que no pueden mantenerse en su sitio.

Así pues, los enlucidos que están perfectamente elaborados no se vuelven ásperos con el paso del tiempo, ni palidecen sus colores cuando se limpian o se lavan, a no ser que se hubieran plasmado de manera descuidada y en seco. Si los enlucidos se han hecho en las paredes tal como hemos descrito, poseerán solidez, brillantez y se conservarán en perfectas condiciones de manera permanente. Pero si únicamente se ha aplicado una capa de arena y una de marmol fino, su finura reduce considerablemente su consistencia, acaba rompiéndose con facilidad y no poseerá el brillo que produce el pulimento, precisamente por su reducido grosor.

vi. De los enlucidos en lugares húmedos

    Vitruvio ha descrito la manera más conveniente de preparar los enlucidos en lugares secos; ahora explica la manera de prepararlos en lugares húmedos, de forma que puedan mantenerse sin deficiencias.
    En primer lugar, en las estancias cerradas que están al nivel del suelo, desde la parte más baja dcl pavimento hasta una altura de tres pies aproximadamente, se dará una primera mano de una mezcla de polvo de barro, en lugar de arena, y se allanará bien con objeto de que estas partes del enlucido no se deterioren por causa de la humedad.
    De igual modo, según se vaya levantando la pared se irán dejando unos respiraderos; ya que, si la humedad no tuviera salida ni por la parte inferior ni por la superior, se extendería inevitablemente por toda la pared nueva. Hecho esto, se dará a la pared una mano de polvo de barro, se alisará bien y finalmente se dará una última mano con el enlucido.
    Se asegurarán a la pared posteriormente unas tejas curvadas, en toda su verticalidad, desde la parte más baja hasta la parte superior; se untarán de pez por su parte interior, cuidadosamente, con el fin de que no penetre la humedad. Además, tanto en la parte inferior como en la parte superior, sobre la bóveda, deben tener también unos respiraderos.
    A continuación se blanquearán con cal y agua, para que no se produzca un rechazo de la mezcla de ladrillo molido; debido a la sequedad que los ladrillos adquieren en los hornos, no pueden ni recibir ni mantener la mano de cal, salvo que la cal interpuesta consolide ambos elementos entre sí y facilite su unión. Una vez que se eche una mano de la mezcla de polvo de barro en lugar de arena, se allanará bien y se concluirá con diversas capas, tal como antes se dijo al tratar sobre los enlucidos.




    v.De la manera de pintar las habitaciones
    Ya desde tiempos antiguos se mantiene la costumbre de pintar también otras estancias, como son las de primavera, otoño y verano, e incluso los atrios y peristilos, utilizando un método muy especial y plasmando diversos objetos. La pintura es una representación o reproducción de lo que existe o puede existir, como, por ejemplo, hombres, edificios, naves o cualquier otra cosa que se tome como modelo, para ser imitado y representado mediante los perfiles exactos de sus cuerpos. Los antiguos, que iniciaron su uso en los enlucidos, imitaron las distintas variedades y la disposición de planchas de mármol y posteriormente representaron diversas combinaciones de festones, de plantas y de triángulos.




    vi.Del mármol y cómo se le ha de preparar para los enlucidos

    El mármol no tiene las mismas propiedades ni la misma calidad en todos los lugares; hay sitios donde los bloques de mármol contienen brillantes corpúsculos, como granos de sal. Triturados y reducidos a polvo, ofrecen grandes posibilidades para su uso. Donde no hay canteras de esta clase de mármol, se triturarán los pedazos que saltan cuando los labran los marmolistas y, una vez cribado, ya se puede utilizar en las obras. Hay colores de diversas tonalidades: unos poseen un tono natural, en ciertos lugares, según las canteras de donde se extraen; otros, a base de mezclar diversas sustancias y mediante un tratamiento específico, logran resultados muy prácticos en las obras, semejantes a los colores naturales 




    vii.De los colores naturales

    Los colores que surgen de manera natural, como es el color ocre. Se encuentra en muchos lugares. El mejor era el «ocre ático», pero actualmente carecemos de él, pues cuando en Atenas rentabilizaron sus minas de plata, abrieron unas galerías bajo tierra para apropiarse de la plata y si se encontraban una vela de ocre casualmente, seguían trabajando en ella como sí fuera de plata. Por ello, los antiguos utilizaron abundantemente el ocre para el enlucido en sus obras.
    De muchos lugares se extrae, y en abundancia, el almagre o tierra roja, pero es raro encontrarla de buena calidad. 




    viii.Del minio y del azogue

    Cuando las glebas están secas, se van triturando con pisones de hierro; luego, se lavan y se cuecen repetidas veces hasta que se eliminan las impurezas y así se logra que salgan sus colores.
    Cuando el minio, debido a que ha perdido el azogue, ha dejado las cualidades naturales que tenía, se vuelve naturalmente blanco y muy suave.
    Y cuando el minio se utiliza en los enlucidos de estancias cerradas, permanece con su propio color sin sufrir alteraciones; pero en lugares abiertos, como son los peristilos, salas de tertulia y otros similares, donde puedan penetrar los rayos del sol y el resplandor de la luna, el minio resulta afectado, se estropea y se ennegrece produciendo la fuerza de su color.

    ix.De los colores artificiales, y en primer lugar del negro de humo
    El negro, pues es extraordinariamente práctico y necesario en las obras, con el fin de que se sepa el proceso de su preparación, siguiendo los pasos exactos de los artesanos.
    Se construye una sala, similar a un lacónico, se enluce cuidadosamente con mármol y se pule. Delante se coloca un pequeño hornillo con unos tubos que comuniquen con el lacónico; se tapa la boca del hornillo con cuidado para que la llama no se propague fuera de él: a continuación, se pone resina en el hornillo.

    xi.Del azul y del amarillo

    En Alejandría se halló el primer procedimiento de preparación del azul; posteriormente Vestorio organizó su fabricación en Puzol. El método y los elementos de su composición son objeto de admiración y de asombro.

    xii. De la púrpura
    De tegoría superior, una extraordinaria distinción y una exquisita sua­vidad para la vista. Se obtiene a partir de unas conchas marinas que proporcionan este color; para los estudiosos de la naturaleza ofrece una especial fascinación que supera otras muchas sustancias naturales, pues no posee un solo y exclusivo color en los distintos parajes donde se crían las conchas, sino que presenta diversos matices de modo natural, como consecuencia del curso del sol. La púrpura que se obtiene en el Ponto y en la Galia tiene un color negro, ya que son regiones situadas cerca del septentrión; si seguimos avanzando entre el septentrión y el occidente, encontraremos una púrpura de color cárdeno; la púrpura que se recoge en las proximidades del equinoccio oriental y occidental presenta un color violeta y la que se halla en regiones meridionales tiene un tono rojizo; idéntico color rojo tiene la púrpura que encontramos en la isla de Rodas y en otras regiones cercanas al curso del sol. Cuando se recogen estas conchas, las abren en todo su contorno con instrumentos de hierro; de las hendiduras, como si fueran lágrimas, fluye un liquido que se recoge y se tritura en el mortero; se llama «ostro» precisamente porque se extrae de fragmentos de las conchas marinas. Por causa del salitre, se seca muy rápidamente salvo que se mezcle con miel.

    v.De los colores artificiales que imitan la púrpura, el ocre, la crisocola y el índigo+

     
    Un método de obtener colores purpúreos consiste en teñir greda con la secreción de las raíces de la rubia y con tinte violeta. Igualmente, es posible obtener otros colores a partir de las flores.

    Es importante recalcar que antiguamente los colores se obtenía naturalmente, ahora podemos tener a nuestra elección un sinnúmero de gamas de colores maravillosos. Todo esto a partir de colores de la naturaleza. La tecnología avanza, pero los inicios parten de lo mismo, de años de investigación y experiencias aprendidas. Si Vitruvio pudiera observar lo que tenemos hoy en día, se quedaría asombrado y extasiado de a lo que hemos llegado, y todo lo que se viene más adelante. La vivienda común ha evolucionado y ha mejorado las condiciones de vida para las familias.
    En el siguiente artículo de este maravilloso compendio de teorías  de nuestro gran Vitruvio, veremos el libro 8, con el tema: Acueductos y conducción de aguas. Agua de lluvia y fuentes; canales y conductos.

    BIBLIOGRAFÍA

    De Architectura – Marco Lucio Vitruvio Pollino
    www.artifexbalear.org
    www.almendron.com/arte/arquitectura
    http://www.arqhys.com/libro-vitrubio.html
    www.todoarquitectura.com


    Arq. Tania Arévalo Lazo
    Docente Universitaria, Proyectista y Constructura
    Premio Koriwasi FAU-URP, Intercambio  con la UNAM

    1 comentario:

    JOZP dijo...

    exelente los post que publicaste tania. soy estudiante de arq. en la unmsm y felicidades ya me convertí en tu seguidora

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